Ser benevolente y generoso con uno mismo
“Solo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero.” –Jorge Bucay
Existen dos tipos de perfiles de personas que quieren superar alguna dificultad personal…Por un lado están las personas que han dejado de lado su autocuidado… y por otro, las personas que se exigen tanto a sí mismas que acaban por hacerse daño.
Una cosa es el deseo de superación de manera sana y otra la obsesión por el control de todo, por la perfección.
Muchas personas en la sociedad actual creen que si no son modélicas no valen nada y se pasan día tras día intentando hacer un papel que les aleja de su esencia más auténtica sólo por estar a la altura de lo que esperan los demás.
Éste es un sentimiento que acobarda e inmoviliza, pero además tiene una base irracional, porque pretende alcanzar un objetivo inalcanzable: no equivocarse nunca y ser siempre el mejor.
Y…¡¡ imposible ser excelente en todo y agradar a todas las personas…!!
Tener ese tipo de exigencias conduce sí o sí a la ansiedad, a la frustración y quizás a la depresión.
Aquí van algunas pautas para conseguir la aceptación personal… si hemos caído en la trampa del perfeccionismo.
1.-¡No podemos ni debemos intentar ser perfectos, salvo que queramos ser permanentemente infelices!
Tenemos que ser conscientes que el perfeccionismo está basado en la baja autoestima y la autoexigencia extrema, en la necesidad de compararnos con los demás y salir victoriosos.
2.-Darnos permiso para ser lo que somos, es decir, seres humanos falibles, imperfectos.
Eso es lo que somos todos: no somos “supermanes” ni personas de por sí poco válidas o competentes. Somos seres humanos en proceso de aprendizaje continuo y con todo el derecho de equivocarnos y aprender.
3.-No juzgar la valía intrínseca de las personas en función de sus logros y reputación.
Que tu jefe te ascienda no hará de ti mejor persona. Nuestra sociedad adora a cierto tipo de “triunfadores”. En todo caso ten en cuenta que los signos externos de éxito no siempre se corresponden con personalidades fuertes y maduras.
4.-Valorar nuestra capacidad para conseguir las metas y objetivos que nos hemos propuesto, pero debemos abstenernos de juzgarnos como personas por un fracaso o una conducta cualquiera.
Somos personas que hacen cosas que están bien y otras que están menos bien o mal, pero eso no nos convierte forzosamente en buenas o malas personas.
5.-Intentar no definir el error o fracaso como algo totalmente negativo, sino como el mejor maestro.
Aprendemos del error. Si no fuera así, la humanidad no hubiera existido durante tanto tiempo.
Resumiendo:
La clave está en ser benevolente y generoso con uno mismo e ir dando pasos en esta aceptación incondicional que te conducirá a la…
¡¡VERDADERA LIBERTAD!!
¡Tu bienestar y tu salud a corto, medio y largo plazo te lo agradecerán!
Autora:
Ángela Rodríguez
Psicóloga-Coach
www.sacalomejordeti.es